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Espera en Aeropuerto de Sevilla |
El comienzo del viaje no fue bueno, augurando una de esas sensaciones
que siempre te asaltan cuando estas de vacaciones y utilizas el avión como
medio de transporte y sobre todo uno de la compañía de bajo coste, Ryanair.
Como no, siempre conocerás a un amigo que por 30€ (ida y vuelta) ha
viajado a ese mismo sitio. Diré que jamás lo hemos conseguido.
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Espera en Aeropuerto de Sevilla |
Aterrizamos en Marrakech tres horas después de lo previsto por lo que
no esperábamos encontrar al transfer que nos trasladara a nuestro Riad.
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Uno de los mejores Tés que disfrutamos |
Pero
detrás de un cartel con nuestro nombre y el de otra pareja (aquí todo se
aprovecha) nos metieron en una berlina y una vez sorprendido de la locura de
conducir por una ciudad llena de carros tirados por burros, bicicletas, motos,
más motos y un sin fin de vehículos que no se encuentran en concesionario
alguno y desconocidos hasta el momento, llegamos a nuestro destino, el Riad Manissa.
Una vez encontrado nuestro alojamiento, gracias a que Alí nos acompañó, la sorpresa vino de la mano de
Jasmine, la propietaria, e hizo olvidarnos de las casi cinco horas de larga
espera.
El encuentro fue en un saloncito junto al patio cuya primera impresión era de resultarnos familiar, como si hubiéramos vivido allí y estuviéramos en nuestra casa de Marrakech. Tras una corta presentación Ali, el amigo Bereber, se levanto y nos deleitó con un té de Bienvenida al cual no pude evitar repetir durante toda nuestra estancia. Que buen hacer el de Alí....
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Plaza Jemma El Fna desde Lune d'Or |
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Plaza Jemma El Fna desde el Café de Francia |
Una vez despojado de nuestro escaso equipaje e impacientes por conocer
la famosa Plaza Jemma el Fna salimos hacia su encuentro, a unos cinco minutos
de distancia por la calle Riad Zitoun Lakdim. La primera impresión tras el
recorrido por esa calle estrecha es alucinante, llena de vida , danzantes,
puestos de comida, mujeres que en un despiste te secuestran la mano de tu pareja
y hacen un tatuaje de genna, vendedores de zumos de todo tipo, gente haciendo
teatro, en fin una multitud llena de quehaceres que se fijan en tu retina como
si de un collage fotográfico se tratara.
Qué decir de los desayunos a los que desde aquí echamos de menos, té a
la menta, café, pan del auténtico, zumo de naranja natural, mermelada (preparada
por Jamile) y dulces.
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vendedor |
El resumir de los siete días es complicado cierro los ojos y veo:
gente, motos, bicicletas, puestos, artesanos, más gente, guiris, té, tallin,
olores, especias, más motos.....rrrrrrruuuuuuum y se me olvidaba bicicletas,
burros, carros....un té a la menta, ¡¡¡¡cuidado niña!!!!..... otra moto.
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Personajes de la Plaza Jemma El Fna,
algo en común ....intentar ganar algún dirham |
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Frente al Museo de Marrakech en el Café Resto
Les Almorávides el nombre en árabe lo escribió
el camarero
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El zoco te engancha, nada mas adentrarte en él dando un simple paseo aunque es toda una aventura el poder irte de rositas y llegar a obviar todo lo
que te ofrecen sin ton ni son y mostrar que no te interesa nada, siendo esta la
mejor manera de su disfrute.
En el momento que te asalte la curiosidad de algún artesano y te pares en su puerta no te libras al menos de discutir con él.
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Mujer moliendo el fruto del Argán
y mano tatuada con henna |
Aunque a ellos les
guste, al final si te marchas sin llegar a un acuerdo en la compra de su mercancía oirás tu nombre y el de alguno de tu familia en un lenguaje cacofónico que mejor no entender y por supuesto ni siquiera se te ocurra volver la mirada. Esto forma parte de ese juego.
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Es típico dar un paseo en coches de caballos ,
te paran en tiendas de algún familiar
para que la visites y te veas obligado a comprar
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Plaza de Jemma el Fna. La actividad apenas cesa a lo largo de todo el
día. Por la mañana alternan los carruajes de zumos, las tatuadoras de henna,
los dentistas callejeros, los aguadores o los encantadores de serpientes. ah y
alguno que otro con una bascula de baño.
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La Koutoubia desde el Café Venizia |
Por la tarde la actividad se vuelve más frenética ya que en un abrir y
cerrar de ojos montan una serie de
puestos de comida al que no se te ocurra acercarte por sus laberintos si ya has
comido porque la oferta es incesante. Llega una hora de la tarde-noche que ese
caos controlado, como yo llamo, se hace familiar hasta que el almuédano, almuecín o muecín llama al rezo desde
las mezquitas y la música de tambores y grupos de percusión se callan como si de
llamarles la atención se tratara.
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Atardecer desde el Café de Francia |
No puedes perderte, desde alguna de las terrazas, el atardecer mirando hacia la torre de la Mezquita de la Koutoubia, nosotros fuimos a la segunda planta del Café de Francia.
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Pasteles típicos |
El lugar más frecuentado de nuestra visita ha sido el Café Restaurante
Venizia, desde allí disfrutamos varias jornadas donde la variedad de pasteles
de "Patisserie des Princes" deleitaban las tardes de té.
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Tarde de lluvia desde el Café Venizia |
Una visita obligada es Essauira, que decir de esta ciudad, la antigua
Mogadur, aunque la estancia fue fugaz después de 3 horas de viaje mereció la
pena. En el trayecto de ida las paradas obligadas por el chófer son : una de ellas es junto a
la carretera para ver las famosas cabras que trepan el árbol del Argán bajo
condición de pago a sus dueños por una simple foto y la segunda es la cooperativa
de mujeres donde fabrican aceite de Argán, por cierto con precios exorbitantes (60€ litro).
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Cabras encima del árbol del Argán |
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Vista del puerto de Essauira desde
el Restaurante Du POrt Chez Sam |
Lo más llamativo de Essauira es su Medina, La Sqala du Port gran
portada fortificada que separa el Puerto de la Medina y el Puerto Pesquero lleno
de actividad, en la medina encuentras los que dicen que son los mejores carpinteros de Marruecos que tallan la madera de raíz de tuya,
verdaderas joyas a precios muy asequibles.
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Vista del Palacio El Badi desde una de sus torres |
Los monumentos en Marrakech a visitar son muchos,
nosotros visitamos el Palais el Badi
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Vista del Palacio El Badi desde su patio |
Las Tombaux Saadiens
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Detalles de las Tumbas Saadiens |
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Vista desde el NID`CIGONE restaurante famoso |
el Museo de Marraquech y la Madraza de Ben Youssef o Escuela del Corán
del siglo XIV, joya de la arquitectura árabe.
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Detalles de la Madraza de Ben Youssef |
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Lampara del Museo de Marrakech y detalles |
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Mezquita Mosque Hasan II desde el Jardín 16 de Noviembre
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Al final de nuestra visita dedicamos un día a conocer la parte
moderna de la ciudad donde, aunque todo esta mas europeizado, también merece la
pena tomar un autobús que te traslade a los centros comerciales que no envidian
en nada a los que estamos acostumbrados. Los barrios de Guèliz e Hivernage son la parte moderna de Marrakech. Su
arteria principal, la Avenida Mohamed V, alberga modernos cafés con terrazas y exclusivos comercios,
conservando algunas de las más bellas casas coloniales.
La estancia en Marrakech invita a adentrarse en el Atlas cuyas vistas
desde la terraza de nuestro Riad, el último día, nos dejo con ganas de tener la
excusa de volver a visitarlo.
Las Babs o puertas de
la Medina de Marrakech se extienden por los casi 20 kilómetros de muralla, y se puede caminar por
ellas por las aceras que las rodean.
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Bab Láarissa una de las 19 Puertas de entrada a la Medina en los 20 km de muralla |
Es difícil resumir tanto contraste de cultura en pocas líneas, pero
con la palabra escrita y mis ilustraciones se hace uno la idea de lo bien que
puedes pasarlo en Marrakech.
No quiero olvidarme de la jornada que pasamos con los amigos de
Madrid, Isabel, Felipe y su hijo Álvaro, con los que compartimos mantel, dibujo
y conversación, desde este rincón queremos
enviaros un fuerte abrazo.
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Aeropuerto de Marrakech |